jueves, 17 de marzo de 2011

Siga Siga (Parte 2)

Sonrisas, festejos y unión se daban cita junto a la gran familia del fogonero el 18/12 para compartir un buen asado, cumbia, vino y sustancia y algún que otro vino. Ese día, por una casualidad o causalidad, todo el barrio quedo a oscuras alrededor de las 21hs. Y bueno, volvamos a las viejas épocas y a prender fogones se ha dicho. Entre la poca visibilidad brillaban las risas, los cantitos de los pibes, las anécdotas de los “grandes”, las gambetas de los niños y niñas, la esperanza de toda una barriada. Pero lamentablemente se asomaba a lo lejos ese azul y celeste guiñando, acechando de forma burlona ese clima festivo. Ante un silencio turbio de los presentes se alzo la voz de Roque García:
-No le demos bola a esos gorras tan odiables que quieren aguar la fiesta, ¡esta noche es nuestra!
Fueron las palabras justas para encender todas las voces, todas, de los participes del jolgorio para entonar el “señores dejo todo, me voy a ver al Juve…”. La noche termino como empezó, con sonrisas de oreja a oreja a pesar de todo. A pesar de los ratis, de la AFA que ponía palos en la rueda, de un país que se iba al carajo. A pesar de todo estaban ahí, todos unidos conociéndose un poquito más…
Al otro día el barrio continuaba sin luz y cuando empieza a oscurecer, la vieja y querida radio empieza a dar noticias de manifestaciones populares en la Capital Federal y parte del conurbano. Ante tal cuestión, el verde césped del estadio del fogonero (esa noche y la anterior literalmente) se llena de gente para discutir y llegar una conclusión, entre todos, de que hacer. Se decide sumarse a la lucha, mandarse por Padre Acevedo hasta la Centenario y de ahí a la municipalidad. Una multitudinaria caravana de 5000 personas empieza la caminata haciendo barullo, haciendo escuchar su voz, haciendo escuchar su reclamo. El color amarillo y violeta inundaban las calles de Beccar. Los bombos y redoblantes de los muchachos de la hinchada sonaban a un ritmo tal que parecía que el Juventud de Beccar estaba jugando contra Juventus de Italia en Japón, pero no, estaban todos ahí reclamando futuro, dignidad, cambio social. Desde el simpatizante tímido, pasando por el guapo de la barra y los dirigentes, hasta las pibas del fulbo femenino y los goleadores que tantas sonrisas gestaban.
En esas jornadas de lucha el Juventud se puso los pantalones largos, saco a relucir su organización, su fuerza, su firmeza, su compromiso por el “para todos la luz, para todos todo”.
Ya estamos en mediados de enero de 2002 y los players luego del receso, comienza a entrenarse en vista a una temporada que quedara en el recuerdo imborrable de Beccar.
“Siga, siga”, le decía el viejo García a Junior Pérez, mientras este ultimo leía “Futbol, dinámica de lo impensado” de Dante Panzeri, sentando en el banco de suplentes acompañado de un tibio sol de mañana…

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