viernes, 4 de marzo de 2011

Agujas

Te corre tanto el reloj con sus agujas bien afiladas, que no hay otra escapatoria entre molestos autos que meter un finito y hacer un firulete que te hace zafar ese encierro, y a la vez demasiada prisa. Queres seguir metiendo mas viajes, queres terminar lo antes posible el recorrido. El riesgo siempre esta ahí nomás, amenazándote con hacerte caer y no poder continuar. Pero ya estamos tan acostumbrados a ese riesgo, que el susto aparece de vez en cuando y apenitas. Vos seguís, con el viento haciéndote compañía, con tus placeres, con tus dolores ahí adentro del casco, pensando y re pensando para hacer más ameno la jornada laboral.
Tanto verde al costado de la gran avenida de 6 carriles te llama, te invita a parar, fumarte un pucho y acomodarte en el pasto. Tomar aire, ganarle al hollín. Respiras. Cuando la aguja maldita te vuelve a pinchar, no queda otra que patear, meter primera y volver al asfalto a maniobrar. Ah, y agradece a Ra por también acompañarte e iluminarte entre tantos viajes, entre tantas calles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario