lunes, 4 de abril de 2011

Siga Siga (Parte 3)

Parte 1                        

La “Juve” de Beccar empieza el año 2002  jugando contra el débil Deportivo Paraguayo en el siempre difícil “Juan Antonio Arias”, cancha de Liniers. Ya promediando el primer tiempo el conjunto fogonero tenía 2 de sus defensores amonestados, Iarossi y Pampillon,  por supuestas faltas al delantero Guarani Pereyra, que en cada roce con sus adversarios se tiraba al piso como si le hubieran pegado un facazo. El pito del partido, Cristian Fernández, junto con sus jueces de línea, empezaban a inclinar la cancha para desestabilizar al gran equipo chico de Zona Norte. El primer tiempo termina en 0, con dos malas amonestaciones y un gol mal anulado al  “rengo” Gimenez. En segundos de comenzar  el segundo acto Junior Pérez se la pasa a Gimenez, este mete un bombazo al corazón del área, y Santi Insaurralde, con la lengua afuera pero llegando, la retiene, le pega y liquida al pobre y solitario arquero. Gol. Uno a cero y un grito mas que estruendoso en la celebración. A Paraguayo lo deja K.O. y luego de este gol tempranero el “trico guarani” no da pie con bola. Los minutos pasan y en la única llegada al arco fogonero defendido por Errea, Pereyra cae al piso tan fuerte que hizo retumbar a todo el municipio de La Matanza, y por una simple falta cometida por Pampillon el juez no duda: amarilla mas amarilla es igual a roja. Con uno menos y a 25 minutos del final, tiro libre peligroso para el local, que sin pestañar convierte en gol el mediocampista Carabajal con una aplaudible pegada. Nada que hacer para Errea y los guantes blancos de la asociación de futbol se mete de por medio en tal lindo deporte, y tan lindo juego y fuerza del Juventud. El nerviosismo recae en el “pichón” Santillán y por una falta no cobraba hacia su persona, estalla en puteadas e invitaciones al “mano a mano” al hombre negro: nueva tarjeta roja y a sentir el placer de sufrir con dos hombres menos. En tiempo adicional y en esos contraataques a puro huevo y corazón, el experimentado Gimenez infla la red del arco contrario y decreta el 2 a 1. No había tiempo para más, a pesar de adicionar mas 3 minutos el cuervo Fernández, la débil delantera de Paraguayo no podrá lograr el heroico objetivo del empate. Victoria para el Juventud, y a seguir soñando a pesar de todo.
La semana transcurre tranquila para los jugadores, pero con el compromiso fuerte de entrenar, seguir ahí arriba de la tabla, ayudar a su club y a su barrio en momentos difíciles de fáciles gatillos y grandes injusticias.
Un sábado en el cual los pájaros se caían de los árboles (?) la “Juve” de Beccar enfrenta a Villa San Carlos en el reducto fogonero. Con una aceptable concurrencia de más de mil personas comienza el match. Pasando los 12 minutos con un juego trabado, impreciso y a pleno pelotazo al corazón del cielo, así a los ponchazos el equipo visitante consigue el 1 a 0, gracias a la astucia de Cepedo, goleador de los de Berisso. El Juventud entro dormido a la cancha, casi te diría con la almohada en la cabeza, y aun así cuesta abajo no puede despabilarse. Pases errados, pelotazos sucios al campo contrario hacia la nada, era la débil contestación del equipo maravilla vestido de violeta y amarillo, que llego al arco rival en una débil oportunidad. Pasaron los minutos y la primera etapa cierra una horripilante actuación de mal futbol.”Esta tarde cueste lo que cueste…” proponían desde los tablones los muchachos, y los jugadores lo escucharon, lo entendieron, les dieron bola (?). Pelotear los últimos 5 minutos del entretiempo los 11 titulares en pleno campo de juego daba una pauta, una idea de que este equipo no se iba quedar atrás, que este equipo la peleara hasta donde puedan sus fuerzas.  El segundo periodo comienza a lucir su buen trato al balón la “Juve”, y es de esta manera que consigue el empate a los 7 minutos. Pases a dos toques ganadoras de terreno entre Mosqueda, Irazoqui y el “rengo” Gimenez, pase profundo para Junior Pérez que ahí, en el comienzo del área, la clava por abajo al palo contrario del arquero. Golazo, y abrazos de los locales. Complicado y perdido sin rumbo el equipo “villero”.  5 minutos después, y nuevamente gracias a una jugada colectiva, el “fogonero” da vuelta el marcador. Desde atrás de todo Iarossi aparece por el costado izquierdo y rompe el arco. Gol y el alivio de los de Beccar. De ahí en más Villa San Carlos se caía a pedazos y los temibles goleadores del puntero no perdonaron. A los 20 minutos, gracias a un tiro libre cercano al área, Astudillo se reencuentra con el gol. Diez minutos más tarde, el histórico Gimenez aprovechando un tiro de esquina, cabecea como se debe, gol y 4 a 1. El jolgorio brotaba de la tribuna. Los cánticos de la hinchada fogonera en momentos se volvían masivos de toda la afición. A 5 minutos del final, y en gran corrida desde su posición, Mosqueda se encuentra solo con el arquero, lo deja tirado por el piso, y sutilmente mete la pelota en la valla rival. 5 a 1 y aun se mandaba para adelante Juventud para meterla una vez mas, y lo consigue. Luego de 14 pases seguidos con su “ole” debidamente recitado por la parcialidad, Insaurralde sentencia el 6 a 1 y su equipo da cátedra de cómo se puede jugar buen futbol, de cómo despertarse de un primer tiempo olvidable. Final del partido y Juventud de Beccar líder indiscutido. La hinchada victoriosa despedía, con una sonrisa picara, a Villa San Carlos con “Siga siga bailando que se va a enloquecer”. Luego, a sus jugadores lo inundaron de un aplauso sostenido, fuerte y el “Dale Juve dale”.

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