Mucho auto, mucha gente y yo ahí caminaba por
Pensaba, te pensaba y fue...el ultimo del paquete para prender! y esperar los minutos finales de la espera para volver rumbo a casa y soñar sin recordar. Queda chico la palabra dado vuelta al estado en el cual yo estaba, nose todo quedaba muy chico ese día que me encontré con varios personajes. Empezó a quedarme chico ese día que por la tarde estuve en el tablón, la primera vista de la noche bailando y saltando en pleno rioba y la noche noche por Palermogolico. Los taqueros golpearon por única vez en la historia, cuando se me cruzaron cuando me iba a casa por la tardecita de los caballos cuando uno de ellos con toda su moral me dice:"desaparece" al intentar ayudar a un bohemio en aprietes de los azules, hoy en día vestidos de naranja de tacho de basura...
Ahí en la parada solamente bailaban los árboles, les tocaba divertirse a ellos a esas horas, bailaban lindo eh, pero nadie se daba cuenta, todos estaban en su mambo, con la mano en la mano de su linda novia, con su fisura en su cabeza descansando su lomo en el cordón, y yo pensándola apoyado en ese auto bastante lindo...
Se olvido de mi che, yo no lo puedo creer, tanto que la apreciaba a esta línea de bondi que pasa por la calle en la cual vivo se olvido de mí. Era mas que claro que por la gente en la parada, el viaje seria parado, con las manos para arriba y mirando el horizonte del barrio. La verdad que la podría haber caminando esa avenida que le robo el lugar al arroyo pero mi cuerpo no estaba bien, estaba aniquilado. Las luces me la hacían flashear, pero eran solamente luces que venían hacia mí pero no me llevarían hacia mi lugar, eran luces que esos señores que tienen sus bolsillos mas profundo que su gracia alquilaban por varios minutos para desembocarlos en sus lindas, cuidadas y queridas casitas.
Solamente estaba ella haciéndome compañía, ella nunca me va dejar, aunque no la vea siempre va estar y esa noche extraña estaba, si me habrás encandilado con tu luz esa noche y varias noche. Me acuerdo que te veía cuando por esas cosas de la vida desemboque ese enero en Gesell, ni que hablar en el viaje a Mardel donde solo solo solo estaba ahí y vos también haciéndome el aguante...
No era una trulla, no era un pistero que vestía a su autito de azul, era el bondi que puteaba por lo bajo mientras en mis manos ya no había nada, ni siquiera el filtro del cigarro muerto hacia varios minutos. "Hola 80 por favor" y esquivar a los borrachitos y borrachitas, a esquivar a los laburantes mañaneros y a una mujer policía hasta irme al fondo de todo y como ya nombre antes perder mis ojos antes las calles, las lindas luces, sus umbrales y las tantas cosas que puedo ver desde mi ojos marrones por la ventanilla hacia el viejo rioba caminando mil y una vez, esta vez siendo espectador desde el bondi que tardo mucho. El timbre que no es timbre sino una señal al bondilero (señal de luz roja que ve desde su asiento de conductor), llamaba para bajar en la cucha cucha y caminar por la vereda y caminar por el medio de la avenida ladrona y entre mis manos no había una mochila ni otra mano ni una llave, simplemente un puño, un puño que apretaba fuerte…
Los ojos se me van a veces, pero se me van hacia un sueño, se me van a lo lejos...
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