miércoles, 27 de julio de 2011

En las malas mucho mas.

Suele recurrirse en muchas canciones de “tribuna”  a la frase que da nombre a este texto, manifestando por medio de esta, una fidelidad tal que supera ampliamente el éxito o el fracaso circunstancial. Pero fundamentalmente, esta ultima posibilidad, la del fracaso, la de la derrota, lleva consigo una carga patriótica (siempre en términos futboleros) donde queda evidenciado a flor de piel, el amor, la hidalguía, el aplomo ante los escenarios desfavorables y dolorosos, de nuestra gloriosa escuadra.

¿Qué significa, estar en las malas? Esta pregunta me lleva  a una respuesta inmediata: Significa incondicionalidad. La incondicionalidad, expresa que más allá de cualquier circunstancia, más allá de cualquier condición, mas allá de cualquier adversidad, se va a estar, se va a acompañar. Básicamente, se va a acompañar poniendo el cuerpo. Es el cuerpo el elemento fundamental de esta postura, hacerse presente, estar.”Yo estoy ahí, ganes o pierdas, yo estoy ahí”. Es muy extraño esto que se mueve y  se manifiesta, en una serie de caídas estrepitosas de domingo por la tarde. ¿Acaso quien se quiere hacer presente, gastar tiempo energía y dinero, sabiendo que las posibilidades de victoria son bajísimas? (bueno, seguramente debe ser la misma fuerza interior, que nos lleva a tirarnos a la pileta con esa mina que ya nos dijo que no veinte veces, y en todos los idiomas posibles). ¿Por que razón (si la hay) volvemos a ese mismo lugar?
Será que volvemos por pura insistencia, será por terquedad o por el más profundo amor, ese que no sabe tanto de razones, de estadísticas ni de lógica.

¿Por que en las malas mucho mas? Será porque a la hora del brindis están todos alrededor, será que con el auto importado y unos cuantos billetes en el bolsillo uno se convierte inmediatamente, en el protagonista de la película estreno en Hollywood. Pero ¿qué pasa cuando la heladera esta vacía? El éxito multiplica. Como en la vida, el éxito multiplica amistades, caminos y posibilidades. En el futbol, y mas precisamente en el ámbito que hoy nos ocupa, (el publico de futbol) el éxito acarrea nuevos espectadores que indudablemente solo se quedaran en eso, en meros espectadores .En las malas mucho mas, porque ahí es cuando te tocan el “bobo” ahí es cuando la sangre tira de verdad. Si antes mencione que el éxito multiplica, ahora es el turno de advertir que la derrota divide, resta, disminuye irremediablemente, pero no la pasión claro esta, a lo que me refiero y lo voy a decir con términos mas claritos y concisos,  (con perdón del lector) ¡la derrota filtra señores!, es así “la derrota filtra giles”, de eso no tengo la menor duda. Es el papel mas sublime que tiene la derrota, que se convierte increíblemente en necesaria, no hay una victoria realmente comprendida y sentida si no hay fracaso, si no hay dolor. Es un camino de espinas que tanto en el futbol, como en otros ámbitos de la vida, hay que cruzar. Y,  puntualmente, en la vida del “hincha” se plantea como una línea divisoria, los caminos se bifurcan y nunca más se vuelven a cruzar. Ya no va habrá vuelta atrás, cada uno sabrá donde estaba en esa goleada en contra, donde te encontrabas cuando se perdió ese clásico que te dolió hasta los huesos y en esa campaña espantosa que fue una seguidilla de reveses en la mandíbula.

Para vos que estuviste ahí, que te bancaste la película de terror hasta el final, sentirás también el orgullo de la derrota, ¡el increíble orgullo de la derrota! Mañana cuando pare la lluvia y el sol nos venga a buscar de nuevo, para dar la vuelta más linda de todas, sabrás de qué lado de la línea quedaste…

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